
Cuando se trata de un producto para nuestro bebé, especialmente uno que
va a manipular y tener cerca de su boca, hay una palabra que eclipsa a todas
las demás: seguridad. En un mercado lleno de opciones, es normal que los
padres se pregunten qué deben buscar para asegurarse de que están eligiendo lo
mejor y más seguro para su pequeño.
Un chupetero
personalizado no es solo un accesorio bonito; es un artículo
que debe cumplir con los más altos estándares de calidad. Te explicamos en qué
fijarte para tener total tranquilidad.
La Clave
Está en los Materiales
Lo primero y más importante es la composición. Un chupetero seguro está
fabricado exclusivamente con materiales no tóxicos.
- Silicona
de Grado Alimentario: Es la de mayor calidad. Esto significa que
está libre de BPA, ftalatos, plomo y cualquier otra sustancia nociva. Es
un material antibacteriano, muy fácil de limpiar y suave, ideal para estar
en contacto con el bebé.
- Madera
Natural sin Tratar: Se suelen utilizar maderas como el haya,
conocida por sus propiedades antibacterianas naturales. Es fundamental que
la madera no esté tratada con barnices ni pinturas tóxicas.
Elegir chupeteros
personalizados fabricados con estos materiales es la primera
garantía de que estás adquiriendo un producto seguro.
Un Diseño
que Cumple con la Normativa Europea
Un diseño bonito no sirve de nada si no es seguro. Los chupeteros
vendidos en Europa deben cumplir con la estricta normativa EN 12586. Esta norma
regula aspectos cruciales para la seguridad del bebé:
- Longitud
Limitada: La longitud total del chupetero no puede
superar los 220 mm (22 cm) para evitar cualquier riesgo de asfixia. Un
chupetero que cumpla la normativa nunca será demasiado largo.
- Resistencia: Las
piezas, el clip y el cordón deben ser lo suficientemente resistentes para
soportar tirones sin romperse y sin que se desprendan piezas pequeñas que
el bebé pueda tragar.
- Fijación
Segura: El clip de sujeción debe tener agujeros de ventilación por
seguridad.
Un Chupetero
con Nombre, pero con Todas las Garantías
La personalización también debe ser segura. Cuando eliges un chupetero con
nombre, las letras utilizadas deben estar fabricadas
con los mismos materiales no tóxicos y estar ensambladas de forma que sea
imposible que se suelten.
Esta misma atención al detalle se debe aplicar a los complementos. Si se
combina con chupetes
personalizados, estos también deben ser de marcas reconocidas
que cumplan con todas las normativas de la UE para garantizar la máxima
seguridad en su uso.
En definitiva, la estética es importante, pero la tranquilidad no tiene precio. Al elegir un chupetero, asegúrate de que detrás de esos colores bonitos y ese diseño adorable hay un compromiso con la calidad y el cumplimiento de las normativas. Es la única forma de disfrutar de la practicidad y el estilo con la confianza de que tu bebé está completamente seguro.